viernes, 22 de enero de 2010

PRESENTACION DEL LIBRO "URBANISMO DIFUSO EN SUELO RÚSTICO"

Hoy se ha presentado el libro "Urbanismo difuso en suelo rústico. Deterioro ambiental y corrupción en la provincia de Málaga (El caso de la Axarquía)."

Este nuevo trabajo del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA-Ecologistas en Acción) representa un esfuerzo de fundamentación científica de las causas y consecuencias negativas de la dinámica de creciente urbanización difusa del suelo rústico mediante viviendas unifamiliares (mal llamadas “casas rurales”) en la provincia de Málaga, partiendo de un estudio de detalle de los 31 municipios de la comarca de la Axarquía.




El libro, redactado a lo largo del año 2009, y prologado por la profesora de Análisis Geográfico Regional, la Dra. María Luisa Gómez Moreno, consta de 609 páginas agrupadas en los siguientes capítulos:

1. El fenómeno de la urbanización dispersa en el mundo
2. Causas del urbanismo disperso: diversidad de situaciones
3. Consecuencias atribuidas a la urbanización difusa
4. La sostenibilidad de los sistemas urbanos. El impacto de la ciudad difusa.
5. El urbanismo de baja densidad en la comarca de la Axarquía
6. El urbanismo difuso en otras comarcas de la provincia de Málaga
7. Indicadores sobre el urbanismo de baja densidad en la Axarquía
8. El sistema jurídico en la urbanización del suelo rústico
9. La perspectiva de género en el urbanismo residencial
10. Conclusiones y propuestas para un urbanismo sostenible en Málaga.




Los cuatro primeros capítulos analizan la problemática general del urbanismo difuso y disperso en zonas periurbanas y exurbanas en todo el mundo, fenómeno conocido como sprawl, cittá dispersa, ciudad difusa, ciudad de baja densidad, etc. Comienza por la conceptualización del fenómeno, analizando luego las causas del mismo y las consecuencias para el medio ambiente, la salud y la economía, hechos que han originado una gran preocupación social y política, provocando la creación de nuevas políticas destinadas a frenar el fenómeno y reconducir el crecimiento urbano hacia la ciudad compacta, paradigma de sostenibilidad de los asentamientos urbanos.

En el capítulo 5 se analizan con detalle las causas y consecuencias de esta modalidad de urbanismo en un destino turístico concreto, la comarca malagueña de la Axarquía, territorio de acción de la asociación a la que pertenecen los autores. Aunque con mucha menor profundidad, por ser un ámbito más desconocido por los autores, en el capítulo 6 se da un repaso general sobre el mismo fenómeno en las restantes comarcas de la provincia de Málaga, mostrando la existencia de elementos comunes y diferenciados.



El capítulo 7 representa un intento de determinación de indicadores cuantificables sobre los efectos del urbanismo difuso en suelo rústico en los 31 municipios de la comarca de la Axarquía, extraídos de los datos electrónicos de diversas administraciones y disponibles en la red. Entre estos indicadores se encuentran: el crecimiento demográfico, la proporción de residentes de origen extranjero y segundos residentes, el número de viviendas construidas en suelo rústico, el número de residentes fuera del núcleo urbano, las transacciones de viviendas, el consumo de electricidad, el número de inmobiliarias, el número de matriculaciones de vehículos, el incremento de parcelas rústicas y los ingresos por habitante. El capítulo concluye con un ensayo de indicador sintético de insostenibilidad, que utiliza todos los indicadores analizados para calificar a cada municipio según su grado de insostenibilidad. De este modo, por ejemplo, se concluye que los municipios más insostenibles son Alcaucín, Torrox, Cómpeta y Frigiliana y los menos insostenibles son Alfarnate, Almáchar, El Borge y Benamocarra. Consideramos que este indicador podría ser útil también para el análisis de la insostenibilidad del urbanismo difuso en otros destinos turísticos.

En el capítulo 8 se da un extenso repaso a trasfondo jurídico que teóricamente protege ese bien común que es el suelo no urbanizable, mostrando que, en contra de lo que pueda parecer, existe un nutrido cuerpo de leyes, decretos, normas y planes que defienden la necesidad de preservar el suelo rústico o no urbanizable de los procesos urbanizadores. Se analiza también las posibles causas políticas y sociales del deficiente o ausente cumplimiento de estas normas y los mecanismos que dispone la ciudadanía para participar en la exigencia y control de ese derecho fundamental o constitucional que es el derecho a una calidad ambiental.

En el capítulo 9 se realiza un ensayo desde la perspectiva de género sobre los efectos del urbanismo difuso. Se trata de analizar, desde el punto de vista de las funciones que tradicionalmente asume la mujer, como el cuidado, la salud, etc. de la familia, la idoneidad de este tipo de asentamientos, concluyéndose que el urbanismo difuso es diametralmente opuesto al tipo de urbanismo que se necesitaría para el desarrollo de estas funciones, principalmente por el hecho de que la dispersión origina lejanía entre la residencia y los servicios.



Finalmente, en el capítulo 10, al tiempo que se esbozan algunas conclusiones del estudio, se ofrece un abanico de soluciones y alternativas a esta dinámica. Dada la complejidad del fenómeno, se ofrecen tres mecanismos de radicalidad creciente, desde la simple aplicación de las leyes actualmente vigentes, a la mejora de las mismas y finalmente las propuestas más radicales del movimiento ecologista, que se inspiran en la sostenibilidad y el decrecimiento.

El libro presenta al final un Anexo en el que se muestra una ficha para cada uno de los 31 municipios de la comarca de Axarquía, que incluye, por un lado, los datos estadísticos utilizados en el análisis de indicadores y que por tanto son relevantes para definir las consecuencias del urbanismo difuso en cada municipio. Por otra parte, se ofrece un mapa del término municipal en el que junto al parcelario minifundista se superponen en código de color, la situación de las viviendas en suelo rústico en 1983, 1995, 1999, 2003 y 2007. Ello permite advertir visualmente, en cada municipio, el ritmo de crecimiento acaecido en los últimos años.

Los autores de este trabajo, miembros de la asociación GENA-Ecologistas en Acción, y de la plataforma de la Nueva Cultura del Territorio (NCT), han dedicado a esta problemática cerca de quince años, siendo considerada ésta como la principal fuente de agresiones ambientales en Málaga. A lo largo de este tiempo, hemos tenido oportunidad de recoger una importante información sobre la vivienda unifamiliar en la comarca de la Axarquía, de la que queda constancia las más de 500 denuncias urbanísticas dirigidas tanto a la administración (Junta de Andalucía) como a la justicia (Fiscalía de Medio Ambiente), además de contribuir, con sus alegaciones, a la redacción de los planes generales (PGOUs) y otras figuras urbanísticas de los ayuntamientos de la comarca, participar en la redacción del Plan de Ordenación del Territorio (POT) de la Axarquía, en el Plan de Turismo Sostenible de Andalucía, el Plan de Desarrollo Sostenible del Parque Natural de Tejeda y Almijara, organizar y participar en jornadas y otros eventos sobre urbanismo en Vélez-Málaga, Rincón de la Victoria, Periana, etc. y divulgado, a través de revistas y diarios, los elementos de las nociones de urbanismo o turismo sostenibles. Con este caudal de acción e información, no siempre suficientemente comprendida y a veces incluso despreciada, esta asociación considera que ha ofrecido a la comunidad de la Axarquía su grano de arena en la reconducción de procesos urbanizadores claramente insostenibles, aunque es cierto que solo la crisis económica y la acción judicial han logrado detenerlos de manera efectiva. Para esta asociación, demostrar el carácter insostenible de este modelo de urbanización, enmascarado como modelo de turismo, es especialmente relevante cuando, como se ha mostrado recientemente ante los procesamientos judiciales a algunos mandatarios, amplios sectores de la población no acaban de comprender que este tipo de acciones produzca daño alguno al medio ambiente, hecho que no contribuye precisamente a la participación ciudadana en la gestión sostenible del territorio y frenar el deterioro ambiental antes de que sea irreversible.

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